domingo, 17 de abril de 2011

Mortalidad en el mundo debido al ofidismo.


Fue a comienzos del año 2009 cuando finalmente la Organización Mundial de la Salud otorgó a los accidentes por mordeduras de serpiente (Ofidismo) la categoría de enfermedad reconocida y cuyos principales afectados son granjeros, recolectores de frutas y otros cultivos, cazadores, pastores, etc confirmándose así la gran cantidad de mordeduras ocasionadas cada año, los altos niveles de mortalidad y la gran cantidad de personas que quedan discapacitadas de por vida cada año principalmente entre estas profesiones.

Mordedura de cobra escupidora de cuello negro Naja nigricollis en el brazo derecho en una niña nigeriana de 9 años:

                               Al cuarto dia de la mordedura.
       
Al noveno día.

Extirpación de la piel y el tejido subcutáneo necrosado
al noveno día de ser mordida.
Fotos: Cortesía David Warrell.

Los países más afectados son aquellos tropicales en vías de desarrollo situados en África, Asia, la India, América Central y del Sur e islas como Papúa Nueva Guinea, allí donde existe una gran densidad de población humana y se practica una economía de subsistencia basada en la caza y la pesca o donde las actividades agrícolas no están mecanizadas y requieren una recogida de la cosecha y otras actividades agrícolas, como el arrancar las malas hierbas, de manera manual. Otras actividades también resultan arriesgadas como la pesca, la caza o el comercio de serpientes venenosas para restaurantes, la fabricación de licores o remedios populares. Todo esto combinado con una mayor cantidad de especies de serpientes venenosas en los trópicos las cuales habitan tanto en el suelo como bajo tierra así como en los árboles habitando en habitats tan dispares como son sabanas, selvas, praderas, desiertos o en ríos, estuarios y en el mar abierto o en zonas costeras e incluso en el interior de las ciudades y pueblos determina la gran cantidad de mordeduras producidas anualmente.


            El mocasín cabeza de cobre Agkistrodon contortrix es una
        de las serpientes que más mordeduras causa en los Estados
         Unidos, afortunadamente su veneno es relativamente poco
                           potente y la mortalidad es escasa.
                                     Foto: Javier Carrasco.

 Curiosamente, aunque no siempre, es la mano del ser humano al cambiar el habitat de algunos de estos animales por plantaciones agrícolas el que las ha proporcionado un verdadero paraíso en el que les resulta más fácil sobrevivir que en la naturaleza inalterada y de este modo las poblaciones de serpientes pueden doblar en abundancia a las de terrenos salvajes sin cultivar.

 Si ponemos un ejemplo de plantación / paraíso para estos reptiles quizá este sea los abundantes arrozales en el Sudeste asiático, donde la tradicional distribución en forma de diques con bordes elevados son el refugio perfecto para las ratas las cuales acudirán ante la presencia de abundante grano, agua y zonas secas donde excavar sus madrigueras y allí se reproducirán rápidamente debido a estas abundancias, naturalmente las serpientes venenosas de los alrededores como las cobras Naja, las víboras de Russell Daboia russelii e incluso los kraits Bungarus y otras especies no venenosas acudirán ante la presencia de madrigueras libres donde vivir, comida en la forma de abundantes ratas, ranas u otras serpientes en el caso de los kraits y abundante agua, estos arrozales son simplemente un hotel de 5 estrellas para una serpiente, la cual es sólo cuestión de tiempo que tenga un encontronazo con el agricultor durante la época de la siembra, la extracción de malas hierbas o la recogida de la cosecha, sin embargo curiosamente estas serpientes son, a pesar del peligro que representan para el propietario del terreno o el agricultor, el mejor guardián de sus cosechas ya que controlan el número de ratas, las cuales no solo devoran el grano sino que además lo almacenan bajo tierra dando lugar a enormes perdidas económicas anuales en países que son ya de por si tradicionalmente pobres.

No obstante resulta un error considerar que estos reptiles viven solamente en las selvas y desiertos alejados de los seres humanos y sus ciudades ya que debido a la imparable expansión de los seres humanos y su necesidad de terreno muchas personas están cohabitando con las serpientes venenosas, lo sepan o no, incluso con especies sumamente peligrosas, solo por citar unas pocas especies diré que en Tailandia los crótalos arborícolas Cryptelytrops albolabris y Macrops son comunes en los jardines y otras áreas de la ciudad de Bangkok, las cobras indias Naja naja viven en el interior de las ciudades indias como Nueva Delhi alimentándose de las frecuentes ratas, las Jararacas Bothrops jararaca conviven con los seres humanos en ciudades brasileñas y las serpientes pardas y tigre Pseudonaja textilis y Notechis resultan comunes en ciudades australianas como Adelaida y en varios grandes pueblos africanos pueden ser encontradas cobras como la de labios blancos Naja melanoleuca, la escupidora de cuello negro Naja nigricollis e incluso las mambas verdes Dendroaspis jamesoni contribuyendo así a elevar la cantidad de mordeduras anuales a pesar de la tendencia a pasar desapercibidas tan extendida en las serpientes, como muestra de esto baste decir que varias personas en Sudáfrica quedaron sorprendidas cuando descubrieron que en su casa había estado viviendo un ejemplar de Mamba negra durante mucho tiempo, quizá meses, sin ni siquiera notar su presencia.

  La temible barba amarilla o terciopelo Bothrops asper es
la especie que muerde a más personas en los países de
américa central como Costa Rica donde resulta muy común
en plantaciones.
Foto: Cortesía Jose Maria Gutiérrez / Instituto Clodomiro Picado.
Originalmente publicada en : Gutiérrez et Al. (1996) Plos
Medecine 3( 6):E150. Doi: 10.1371 /Journal. Pmed. 0030150.


Ahora bien, ¿cuantas personas resultan anualmente mordidas en el mundo y cuantas quedan tullidas de por vida o mueren? La respuesta es solo estimativa ya que muchas personas nunca llegan a ingresar en los hospitales donde se llevan a cabo los censos, si es que se realizan, y en estos censos no siempre resulta obligatorio quedar reflejado como accidentado, otras posibles causas de esta elevada falta de datos fiables y mortalidad son las siguientes:

- El accidentado fallece antes de llegar.

-Las personas mordidas no pueden llegar a un hospital debido a las largas distancias y la carencia de métodos de transporte. A menudo el hospital queda a muchos kilómetros y días de distancia por carreteras, si es que existen, a menudo impracticables donde el transporte motorizado resulta escaso y si consiguen acceder a un hospital pueden encontrarse con que el suero antiofídico, si es que lo tienen, no es válido para su mordedura o está caducado

-A que visitan como primera y única medida a los nefastos brujos o curanderos locales los cuales les tratarán con emplastos y rezos totalmente ineficaces.

-         El suero puede llegar a ser mal administrado debido a la carencia de personal cualificado en mordeduras de serpiente.

-          Otro factor primordial es la permanente y eterna carencia de hospitales en países tropicales.

La Organización Mundial de la Salud ha estimado la cantidad de muertes y accidentes anuales más acertada en las siguientes cifras: Cuadro extraído de “Management of Snake-bites” O.M.S. 2010.



MORDEDURAS
ENVENENAMIENTOS
MUERTES
AMERICAS
   500 000
   200 000
  4 000
ÁFRICA
1.000.000
   400 000
20 000
ASIA
3.000.000
1.200.000
60 000
OCEANÍA
       5 000
      2 500
     250
TOTAL
+ de 4.5 millones
Alrededor de 2 millones
+ de 80 000


Con alrededor de 2 millones de envenenamientos anuales la cantidad de suero antiofídico necesitada sería, si tenemos en cuenta que un envenenamiento necesita de 1 a 20 viales de suero o más (5 de media), de alrededor de 10 millones de viales y la producción mundial no alcanza ni mucho menos estas cantidades, y es más algunos laboratorios productores como Wyeth ha cerrado debido a la falta de demanda de sus productos.

Afortunadamente y en aras de que “más vale prevenir que curar” se están creando campañas informativas entre la población de estos países para paliar en lo posible esta gran cantidad de mordeduras, aquí es donde se enseña a la gente a diferenciar a las serpientes venenosas, a como comportarse para evitar sus mordeduras y a practicar unos primeros auxilios efectivos e incluso existen iniciativas para evitar estos accidentes mediante la venta a precios asequibles para la economía local de unas simples botas de goma para detener las mordeduras. Ojalá todas estas medidas den su fruto y la cantidad de envenenamientos descienda notablemente en el futuro

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