A pesar de que hoy en dia y ya desde hace años los espectáculos con cobras u otras serpientes venenosas se han convertido, al menos en algunas regiones, en un espectáculo para turistas existió una época en la que ciertas interacciones con estos animales estaban cargadas de respeto y eran una forma de buscar el favor de los dioses en los que se creía.
En esta antigua filmación efectuada en Birmania ( actual Myanmar ) puede verse como una sacerdotisa efectúa una ofrenda a una enorme cobra real y la besa repetidamente en la cabeza.
Indudablemente estas plegarias se han ido desvirtuando con el paso del tiempo hasta convertirse en lo que son ahora, como digo, un espectáculo para turistas que demasiado a menudo les cuesta la vida a los reptiles.
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