viernes, 9 de diciembre de 2011

Colas que actúan como cebo o el cazador cazado.

No resulta difícil imaginarnos la escena que posiblemente lleva repitiéndose año tras año desde hace siglos y en la cual una hipotética serpiente joven de unos 30 cm permanece completamente quieta en el suelo de una selva centroamericana cubierto de hojarasca. La serpiente, digamos una Terciopelo Bothrops asper nacida ese mismo año permanece enroscada sobre sí misma con una inmovilidad casi mineral y con su pequeño y delgado cuerpo completamente mimetizado contra el suelo que la rodea debido a su excelente camuflage natural, súbitamente un pequeño lagarto entra en escena y ante su presencia la cola de la serpiente, dotada de una coloración amarilla de vivos tonos comienza a agitarse de manera ondulante, el pequeño lagarto capta rápidamente el movimiento y cree que hoy es su día de suerte ya que se ha cruzado con un gusano que intenta escabullirse entre el lecho de hojas secas de modo que corre hacia el con la intención de cazarlo y cuando está a punto de morderlo una pequeña cabeza surge rápidamente de la nada, en décimas de segundo una boca se abre y unos colmillos se elevan en ella, la pequeña terciopelo muerde al lagarto en el pecho inoculándole una pequeña pero letal dosis de veneno que acaba con su vida rápidamente y una vez más el cazador ha sido cazado.

Resulta increíble tanto la táctica casi maquiavélica usada como la gran cantidad de serpientes que utilizan su cola como un cebo para atraer a sus presas hacia sí ya que entre otras esta técnica de caza es usada tanto en crotálidos y viperidos ( prioritariamente ) como en algunas especies de pitón, boa y algunos colúbridos, solo por citar algunas especies nombraremos como confirmadas al uso de esta técnica de caza a la Bitis caudalis, Crotalus cerastes, Sitrurus catenatus, Agkistrodon contortrix, Acanthopis antarcticus, Acanthophis praelongus, Morelia viridis, Morelia spilota, Protobothrops mangshanensis, Aspidites ramsayi, Cerastes vipera, Vipera latastei, Bothrops jararaca, Bothrops jararacussu, Elaphe obsoleta y posiblemente un muy largo etc, ya que otras muchas especies vienen al mundo con la cola vivamente coloreada pero quizás este tipo de comportamiento nunca ha sido reportado.

La llamativa coloración de la cola de esta
Agkistrodon bilineatus le ha valido
el nombre popular de“ rabo de
hueso “.
Foto: Fuente desconocida.

Este tipo de caza ha sido descrito como más propio de serpientes jóvenes las cuales vienen al mundo con la cola dotada con colores vivos y cuya alimentación suele estar basada en la captura de anfibios y reptiles como lagartos o geckos aunque algunas especies la siguen utilizando en la madurez como por ejemplo la Protobothrops manshanensis o la Cerastes vipera, indudablemente la técnica está cargada de ventajas ya que evita tener que buscar o perseguir activamente a una presa a la cual se puede atraer desde una cierta distancia simplemente “ lanzando la caña de pescar “ con el consiguiente ahorro en el gasto de energía pero por otra parte tambien tiene sus inconvenientes ya que se han encontrado ejemplares de la víbora de la muerte australiana ( un Elápido a pesar del nombre ) con la punta de su cola seccionada o rota debido a que una presa que llegó a propinar un fuerte bocado al “ gusano “.

Entre los seres humanos estas llamativas colas han provocado tanto curiosidad como no poca confusión ya que al tener muchas especies en su etapa juvenil la cola con una coloración diferente a como la llegan a tener en la madurez mucha gente cree que se trata de especies diferentes, por otra parte estas coloraciones han provocado cierta cantidad de nombres populares como “ rabo de hueso “ o “ rabo de candela “ en América latina donde los crotálidos dotados con esta llamativa cola son comunes. Resulta todavía más curioso constatar que esta coloración llega a ser una característica dimórfica entre ambos sexos en algunas especies ya que por ejemplo en la antes citada Terciopelo Bothrops asper los machos poseen colas vivamente coloreadas y las hembras no.

Si este tipo de táctica de caza os resulta sorprendente debo decir que todavía existe algo quizá mejor ya que se ha confirmado que una especie de serpiente Jarretera, concretamente la Jarretera de la costa del Pacifico Thamnophis atratus utiliza la punta de su lengua como un cebo para atraer a los pequeños peces de los que se alimenta pero solo lo hace cuando es un animal joven ya que su alimentación cambia cuando llega a la adultez pasando a alimentarse prioritariamente de la salamandra gigante del Pacifico Dicamptodon tenebrosus a las cuales capturan en los ríos en los que habitan. La técnica de caza con cebo usada por estas serpientes jóvenes consiste en situarse frente a la orilla del agua y tocar repetidamente la superficie con la cola, ante la perturbación del agua renacuajos o larvas de peces se acercan a investigar si aquello es algo comestible y una vez más el cazador ( o en este caso el pescador ) resulta cazado.


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