Desafortunadamente me resulta imposible por más que quiera estar al tanto de todas las noticias que ocurren en el mundo sobre serpientes venenosas o las personas implicadas directamente con ellas de modo que algunas noticias son escritas en este Blog con un retraso considerable, no obstante y tratándose en este caso en particular de quien se trata, considero que la noticia y la trayectoria de esta eminente figura de la herpetología australiana merece la pena ser contada.
Si se hiciera un listado de todos los herpetólogos australianos, antiguos y modernos, la figura de la familia Cann sin lugar a dudas estaría allí presente, no en vano ellos han sido los propietarios de una de las exhibiciones al aire libre más populares y carismáticas de toda Australia, se trata del espectáculo de reptiles de La Perouse en Sidney cuyo propietario hasta hace poco tiempo era John Cann y cuya familia lleva la friolera de más de noventa años educando a los australianos que acuden a estas muestras con respecto a los reptiles australianos y a sus serpientes.
En estos espectáculos de contenido altamente educativo y conservacionista John daba una charla y exhibía ante la audiencia toda una muestra de los reptiles de la zona incluyendo varanos, escincos y por supuesto serpientes incluyendo las siempre peligrosas serpientes pardas Pseudonaja y las serpientes tigre Notechis y no lo ha hecho sin sufrir las consecuencias ya que ha sido mordido por estos animales 7 veces a través de los años desarrollando una alergia a los sueros antiofídicos con el consiguiente riesgo para su vida, no obstante John ha tenido una vida considerablemente más larga que otros propietarios de este espectáculo inicialmente fundado en 1857 ya que su primer propietario Frederick Fox murió a consecuencia de una mordedura de Búngaro en la India, su segundo propietario Garnett See murió a consecuencia de una mordedura de serpiente parda Pseudonaja cuando efectuaba su primer espectáculo en 1913, el siguiente propietario Tom Wanless murió como consecuencia de una mordedura de mamba verde en Sudáfrica cuando efectuaba una exhibición en 1921, a partir de entonces la familia Cann entró en escena haciéndose cargo del “ pozo de las serpientes “ de La Perouse con la madre de John, Essie Bradley, una de las primeras mujeres dedicadas a manejar serpientes, y su padre George Cann como legítimos propietarios, corría el año 1919.
Indudablemente estos primeros espectáculos eran solo una mera exhibición de serpientes y otros reptiles destinada a satisfacer la curiosidad morbosa del público el cual contemplaba como George manipulaba las que hoy en día están consideradas como la segunda serpiente dotada con el veneno más potente del mundo, la serpiente parda Pseudonaja textilis con las manos desnudas, curiosamente George recibió tantas mordeduras con una escasa inoculación de veneno que terminó desarrollando cierta inmunidad natural a estos venenos y la mordedura de estos reptiles apenas le producían un dolor de cabeza, curiosamente George nunca supo que su organismo había desarrollado anticuerpos para luchar contra estos venenos y creía que su salvación se debía a los torniquetes que se colocaba, los cortes que se hacía en la zona mordida y al brebaje a modo de remedio que se aplicaba en la zona mordida.
Al fallecer George Cann Senior en 1965 de un infarto sus hijos George y John siguieron con el espectáculo hasta que 40 años después George murió y John continuó solo hasta que el 18 de Abril del año 2010 efectuó su última función ante el público, en ella el ministro Peter Garrett y el Alcalde de Sydney Michael Daley saltaron la valla y después de un apretón de manos le entregaron a John un certificado de agradecimiento en el que se leía:
A John Cann y a la familia Cann.
“ Por más de 90 años de servicios y contribuciones a
La Perouse y a la comunidad.
Os damos las gracias por los años que nos habéis dado
de entretenimiento y al haber educado a generaciones enteras
y habernos ayudado a conservar a nuestros animales, grandes
o pequeños. “
Atrás han quedado muchos años de motivar a la gente para respetar a los reptiles de Australia, a distinguir a sus serpientes y a evitar posibles mordeduras, así como a recoger serpientes que aparecían en las casas ante las llamadas telefónicas de sus asustados propietarios, no obstante, ¿ que ha sido del tan arraigado espectáculo ? John entregó sus 25 serpientes venenosas y lagartos a la sociedad herpetológica de Hawkesbury quienes se supone que continuarán educando a la gente con respecto a estos animales y en cuanto a el mismo tiene planeada una larga jubilación destinada a hacer camping recorriendo Australia y a seguir estudiando a sus reptiles ( es todo un experto en tortugas australianas con algunas especies descubiertas por el mismo ) ya que según el mismo dice:
“ Todavía hay un montón de cosas que ver por ahí... “
Y tratándose de Australia, el paraíso de los herpetólogos debido a su tremenda diversidad de anfibios y reptiles, esto es indudablemente cierto.
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