miércoles, 3 de julio de 2013

Boas, pitones y la saliva venenosa del dragón de Komodo.


Según dos investigaciones recientes ambas llevadas a cabo por el Dr. Bryan Fry de la Universidad de Queensland, una sobre la posibilidad de que tanto boas como pitones posean veneno y otra sobre la saliva tóxica del dragón de Komodo, lo que sabíamos o creíamos saber sobre estos reptiles no es completamente cierto.

En el caso de las boas y pitones - las cuales todo el mundo sabe que no son venenosas - Fry ha demostrado que si lo son, pero antes de empezar a mirar de reojo a la pitón real que tenéis en un terrario o a vuestra boa constrictor con desconfianza todos debemos saber que las toxinas producidas por las glándulas que lubrican a sus presas cuando las ingieren son tan débiles que no son capaces en absoluto de afectar ni a sus presas ni a un ser humano que sea mordido. Dichas glándulas y las débiles toxinas que producen parece ser que son ni más ni menos que un vestigio residual de la época en que todas las serpientes y una significativa proporción de lagartos evolucionaron de un ancestro común venenoso conocido como Toxicofera.

La segunda noticia tiene que ver con la tan mencionada saliva tóxica del mayor varano o lagarto monitor del mundo, el dragón de Komodo Varanus komodoensis, del cual se ha dicho una y mil veces que su saliva era ponzoñosa sin tener ni una sola prueba de ello y, una vez más, Fry ha desmentido esta falacia tan extendida y digo una vez más por que ya lo ha hecho dos veces, la primera cuando descubrió las glándulas productoras de veneno de esta especie las cuales están ubicadas a ambos lados de su mandíbula inferior y la última cuando reciente y finalmente analizó la saliva de este magnífico reptil cazador y carroñero y llegó a la conclusión de que no difiere demasiado de la saliva de ningún otro carnívoro, con lo cual este lagarto es simple y llanamente venenoso pero no debido a su saliva sino a las toxinas que producen sus glándulas y que entran en el cuerpo de sus presas cuando las muerden provocando alteraciones en la coagulación sanguínea que las hace sangran de manera continua, esto combinado con las heridas causadas por los dientes en forma de sierra del dragón y las posibles infecciones al entrar en contacto con fuentes de bacterias, como son las aguas estancadas, llegan a causar la muerte de sus presas.

Lamentablemente y a pesar de este tipo de descubrimientos los viejos mitos y leyendas tardan en desaparecer y el concerniente a la saliva toxica del dragón no creo que sea la excepción a esta regla.

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