Cuando,
a día de hoy, en Inglaterra se producen alrededor de dos llamadas
semanales a los servicios de urgencias como consecuencia de
accidentes con serpientes venenosas cautivas ( y no estoy hablando de
accidentes causados por la única especie venenosa autóctona de la
isla la Vipera berus ) y la situación podría pensarse que no
puede ser peor, lo bien cierto es que este nivel de accidentes puede
mejorarse y, además como veremos, bastante. Como ejemplo y si
queremos leer cifras incluso peores a las abajo mencionadas solo
tendremos que saber que en el estadounidense estado de Florida (donde
se permite la tenencia legal de estos animales bajo licencia) se
produjeron 12 accidentes solo durante el año 1994. Ruskosky,
D. and T. Kunisaki. 1996. Epidemiology of venomous bites and stings
in Florida. Journal of the Florida Medical
Association, 83: 172-173.
Ahora
bien, según el estudio titulado “Toxic Exposure Surveillance
System (TESS)- based characterization of U.S. non-native venomous
exposures, 1995-2004. Clinical Toxicology (2007) 45,
571–578” durante el lapso de tiempo desde 1995 hasta 2004 (9
años) en USA se reportaron de 40 a 52 accidentes anuales causados
por el mantenimiento de serpientes venenosas no autóctonas en
cautividad (y no hablo de mantenimiento en Zoos) con una cifra total
de 499 accidentes. A pesar de que la gran mayoría le ocurrieron a
personas adultas una cantidad significativa le ocurrieron a menores
de edad de 17 años e incluso menos (15%) y un realmente odioso y muy
preocupante 7 % a niños de 5 años o incluso menores los cuales
eran, muy seguramente, hijos de los propietarios de los reptiles.
Afortunadamente para estas personas afectadas solo se reportaron 3
casos mortales, 2 causados por mordedura de vipéridos y 1 por la de
un elápido.
Ni
que decir tiene que los mayores obstáculos a la hora de atender a
los accidentados en los diversos hospitales fueron tanto el
desconocimiento de los médicos en materia de envenenamientos
causados por serpientes como los problemas a la hora de conseguir los
sueros antiofídicos adecuados, afortunadamente este trabajo menciona
la cantidad de fallecimientos pero no indica la cantidad de personas
que terminaron sufriendo discapacidades físicas, operaciones
quirúrgicas reconstructivas, tratamientos de rehabilitación, etc,
como consecuencia de la acción del veneno.
Otro
de los factores ciertamente más preocupantes en todo esto y que
incluso a una persona que le encantan las serpientes venenosas como
pueda ser yo mismo hace que se me “pongan los pelos de punta” es
la inmensa variedad de serpientes venenosas provenientes de todo el
mundo que causaron estas mordeduras en USA ya que se vieron
implicadas al menos 77 especies diferentes (entre taipanes,
serpientes tigre, víboras de la muerte, víboras de fosetas centro y
sudamericanas o asiáticas, kraits, cobras africanas y asiáticas y
un larguísimo etc, etc,) de entre las cuales me permito destacar
algunas especies en la siguiente lista junto con el número de
accidentes que causaron en este periodo de tiempo:
-Demansia
olivacea. Serpiente látigo. 4 mordeduras.
-Dendroaspis
polylepis. Mamba negra. 6 mordeduras.
-Naja
haje. Cobra egipcia. 11 mordeduras.
-Naja
kaouthia. Cobra de monóculo. 22 mordeduras.
-Naja
naja. Cobra india. 36 mordeduras.
-Naja
nigricollis. Cobra escupidora de cuello negro. 19
mordeduras.
-Ophiophagus
hannah. Cobra real. 19
mordeduras.
-Bitis
gabonica. Víbora de Gabón. 22 mordeduras.
-Bothrops
godmani. Víbora de Godman. 25
mordeduras.
-Bothriechis
schlegelii. Víbora de pestañas. 14 mordeduras.
-Crotalus
unicolor. Cascabel. 6 mordeduras.
-Lachesis
muta muta. Bushmaster. 16 mordeduras.
-Etc,
etc, etc...
Indudablemente
el hecho de que en USA se produzcan más mordeduras debido a algunas
especies como puedan ser Bitis gabonica, Ophiophagus hannah o
Lachesis muta de las notificadas en sus áreas naturales de
distribución geográfica natural ya dice mucho de todo esto y no
precisamente bueno, pero ya que existan incluso 7 casos de mordeduras
por serpientes marinas por parte de especies como puedan ser, entre
otras, Pelamis platurus, Laticauda laticaudata o Enhidrina
schistosa ya me parece que esto – y me refiero a toda esta
situación - ya hace tiempo que está fuera del control de mucha
gente.
Por
otra parte sospecho – ya que no se a ciencia cierta - que a estas
cifras hay que sumarle aquellos accidentes no reportados en los que
el accidentado sufre un envenenamiento nulo o leve y no acude a un
servicio médico por miedo a las represalias legales o por miedo a
que le incauten los animales.
Ellas,
las serpientes venenosas “mascota”, son las grandes perdedoras y
las verdaderas víctimas de toda esta situación, ya que
independientemente del hecho de que sean capturadas en su hábitat
natural o criadas en cautividad terminarán siendo vendidas,
mantenidas por estas personas hasta que muy posiblemente después de
un accidente ( del cual es invariablemente culpable el dueño )
terminarán siendo incautadas por las autoridades y, en el mejor de
los casos, siendo donadas a Zoos (los cuales pueden muy bien
aceptarlas o no) o, en el peor de los casos, terminarán sus días
siendo directamente sacrificadas.
Espero
que a las personas que posean este tipo de serpientes en sus casas y
lean este tipo de noticias todo esto les haga recapacitar para que
aquí no lleguen a darse la gran cantidad de accidentes que están
ocurriendo en muchos países extranjeros debido a este tipo de
aficiones.
Si
realmente os gustan las serpientes venenosas ¿ queréis ver todavía
más empañada su mala imagen pública haciéndolas participar en
este tipo de noticias?.
Solo
vosotros, los poseedores o futuros compradores de estos animales,
tenéis la respuesta a esta pregunta.
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