El descubrimiento de una especie tan atractiva como esta que nos ocupa no ha pasado ni mucho menos desapercibido para las personas que se dedican a la cría y venta de serpientes. Ante esto no es de extrañar que personas que han descubierto nuevas especies de serpientes potencialmente atractivas para ser vendidas no hayan querido comunicar públicamente en que localidad encontraron dicha especie tal y como ocurrió con los descubridores de la Atheris matildae en un intento, quizá vano, de evitar la rapiña de los recolectores de animales.
Ya sea de manera legal o ilegal cierta cantidad indeterminada de víboras mangshan han dejado para siempre sus bosques de China para pasar a convertirse en preciados objetos de coleccionistas y criadores de serpientes y esto es algo que no ocurre sin tener consecuencias negativas ni para la especie, debido al indudable esquilme de sus poblaciones, ni para los criadores los cuales se enfrentan a la peligrosa posibilidad de ser mordidos por una especie de veneno totalmente desconocido, potencialmente letal y ante el cual no existe un suero antiofídico, ni monovalente ni polivalente, que funcione de manera adecuada.
La increiblemente bella víbora mangsghan.
Foto: origen desconocido.
Dado que los accidentes, queramos o no, ocurren ya se ha documentado el primer caso de mordedura con una de estas serpientes el cual le ocurrió a un criador de serpientes de nacionalidad checa y de 38 años de edad, el cual debido a su largo historial de alérgias no le convierte precisamente en la persona más idónea para ser ni mordido ni tratado con sueros antiofídicos tradicionales debido al riesgo potencial de una reacción alérgica extrema ya sea al veneno o al suero.
La víctima fue mordida en un codo sufriendo una hinchazón local sin ningún síntoma adicional, sin embargo pasados 5 días de la mordedura se desarrolló un hematoma en el otro brazo el cual había sido herido 14 días antes de la mordedura y los test de laboratorio mostraron unos severos trastornos de la coagulación sanguínea, ante estos síntomas se decidió aportar plasma al herido en un intento de corregir dichos síntomas sin ningún resultado positivo.
Me imagino, quizá erróneamente, aunque lo bien cierto es que no me quiero ni imaginar la situación y la tensión nerviosa del equipo médico que atendió a esta persona y que tuvieron que decidir tratar al accidentado con suero procedente de Tailandia usando el “ Green Pit Viper Antivenin “ originalmente destinado a la Trimeresurus albolabris en un intento de que las muy relativas similitudes entre las especies y sus venenos funcionase con un herido por una Protobothrops casi recién descubierta y que vive a cientos, si no miles, de kilómetros de Tailandia.
Afortunadamente para el herido los 3 viales de suero que le aplicaron corrigieron su coagulación sanguínea y posiblemente salvaron su vida.
Las posibles dificultades que tuvieron que afrontar estos médicos sin duda ponen de manifiesto lo complicado y arriesgado que puede llegar a ser el tratamiento destinado a anular el envenenamiento causado por una especie desconocida de serpiente venenosa.
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