Estos textos no pretenden ser, ni son como veréis,
otra “ ficha “ más de las que aparecen con cierta frecuencia en este Blog
acerca de la biología de una especie de serpiente en concreto, sino un
llamamiento al respeto y la protección que merece la serpiente más amenazada de
extinción en España, la víbora de Lataste o víbora hocicuda Vipera latastei.
Las relaciones entre la víbora hocicuda Vipera
latastei y el ser humano solo pueden ser clasificadas como trágicas ya que
esta especie ha sido - y es - odiada, temida y perseguida desde hace siglos por
el peligro, ya sea real o imaginario, que supone debido a su condición de ser
una víbora y consecuentemente una serpiente venenosa.
Históricamente y debido al miedo que esta especie
suscitaba en la gente las amenazas han llovido sobre estos reptiles desde todas
partes y bajo muy diferentes formas ya que han pasado a ser desde pisadas,
apaleadas o apedreadas a ser, paradojicamente, una especie muy buscada
ya que cantidades indeterminadas de ejemplares fueron y posiblemente están siendo actualmente capturadas ilegalmente
para surtir al creciente mercado de serpientes venenosas en cautividad ya que
su modesto tamaño y veneno de moderada potencia la convierte en un animal
idóneo para mantener en un terrario por los aficionados a estos reptiles.
Tiempo atrás quedaron la perniciosa acción de los “
alimañeros “ y sus odiosas limpiezas de animales “dañinos” propias de la época
de la nefasta dictadura, los cuales curiosamente y debido al miedo que les
inspiraban estos reptiles apenas aportaron cantidades significativas bajo la
forma de los tristes cadáveres de estos reptiles para cobrar por eliminarlos,
sin embargo hoy en día los “ alimañeros “ son los propios excursionistas,
escaladores, campistas o en definitivas cuentas cualquier persona que visita
las zonas donde viven estos reptiles los que siguen efectuando sin descanso
esta perniciosa labor de destrucción más propia de épocas pasadas que de las
que vivimos actualmente y donde deberíamos, debido a nuestro estatus
privilegiado de país con la mayor biodiversidad de Europa, estar más
concienciados y comprometidos con la protección de nuestra fauna y flora que
tan poco apreciamos y reconocemos y que tan únicos nos hace frente al resto de
países europeos.
punta de la “
nariz “ es la característica que le ha dado el nombre
común de
víbora hocicuda. Ejemplar fotografiado en Sierra Nevada.
Foto cortesía
: Javier Gállego / Macroinstantes
http://macroinstantes.blogspot.com.es/
Como recordatorio de la barbarie sufrida por estos
reptiles debemos recordar que existen datos históricos trágicos como los que
acontecieron en las islas Columbretes, situadas a unos 50 kilómetros de la
costa de Castellón, y de donde se erradicó por completo la única población
insular de esta especie en España estimándose que desde el año 1.856 hasta
1.859, tiempo que duró la construcción de un faro, se mataron más de 2.700
víboras con un promedio de alrededor de 27 animales sacrificados por día.
Indudablemente estas islas nunca más podrán ser nombradas con el antiguo nombre
que les dio Estrabón en el siglo I quien hablaba de la isla Ophiusa en
clara alusión a la gran cantidad de serpientes que allí vivían o con el nombre
que posteriormente les dieron otros historiadores como Plinio y Mela, quienes
denominaron a las islas con el nombre Colubraria de donde procede el
actual nombre de islas Columbretes. Curiosamente es un ejemplar macho
procedente de estas islas de 73 cm de largo el mayor ejemplar de esta especie
nunca capturado del que se tiene constancia.
Sin embargo las mayores causas de mortalidad para
esta especie provienen del desarrollo urbanístico y el creciente número de
urbanizaciones, del tráfico rodado y los frecuentes atropellos de las víboras
que regulan su temperatura corporal en el asfalto de las carreteras así como de
la construcción de dichas vías que fragmentan el territorio cada vez más,
haciendo que cruzarlas se convierta en algo sumamente peligroso para un reptil
de movimientos lentos como son las víboras, otras causas adicionales son los
constantes incendios veraniegos e incluso la repoblación con determinadas
especies vegetales que modifican su hábitat negativamente y todo esto sumado a
otras causas adicionales como son su bajo potencial reproductivo o la
especialización ecológica que muestra esta especie hacen que, finalmente, sus
poblaciones estén en declive en España donde contamos con poblaciones
discontinuas y aisladas unas de otras y, para colmo de males, con densidades de
población escasas o bajas.
Hoy en día esta especie sigue teniendo que
sobrevivir a duras penas con el estigma de su peligrosidad y con una “ espada
de Damocles “ viviendo sobre su cabeza bajo la forma del velo de ignorancia
sufrido no solo por las personas que comparten su habitat - o viven lejos de
ellas - sino debido a la falta de información que sufre el gran público en
general en materia de ofidios y que sigue determinando y haciendo todavía
funcional el hecho universalmente conocido que reza que las víboras son
animales peligrosos que han de ser matados a primera vista sin la más mínima
piedad y lamentablemente todo esto junto con el hecho de la mencionada perdida
progresiva de habitat está consiguiendo que estos “ animales malditos “
desaparezcan de España de manera lenta pero inexorable, nuestra víbora de
Lataste ya ostenta el dudoso honor de ser considerada como una especie
VULNERABLE por la UICN y muy posiblemente esto no va a mejorar y ello es debido
a que se sigue aplicando en el trato con esta especie la más absoluta
ignorancia, los bulos, la falta de información y las leyendas así como el miedo
donde ya debería existir la comprensión, el conocimiento, los estudios
científicos, la razón y la piedad ante una especie que está desapareciendo
progresivamente de España y está siendo relegada poco a poco, pero como digo de
manera inexorable, a vivir en las zonas montañosas más recónditas e
inaccesibles de nuestra geografía, allí donde el hombre rara vez llega.
Después de todo y si tenemos en cuenta los datos de
accidentes reportados en España está claro que esta es la especie de víbora
ibérica que muerde a más españoles, pero esto es debido simplemente a que su
distribución geográfica es la más extendida de la de las tres especies de
víbora que viven en España, pero incluso así existe una pregunta básica que es
¿ como resulta de peligrosa la víbora de Lataste para los españoles ? la
respuesta resulta clara, si tenemos en cuenta el estudio epidemiológico
reciente sobre mordeduras de serpiente en nuestro país y titulado “ Approach
to the epidemiology of venomous bites in Spain *
“ el cual abarca desde 1997 al año 2009 ( 12 años ) y que nos dice que durante
este periodo de tiempo se censaron 1.649 casos de mordeduras en nuestro país
debido a los accidentes conjuntos causados por nuestras 3 especies de víboras
con alrededor de 100 casos anuales y solo un 1 % de mortalidad en la
totalidad de los 1.649 casos censados, con lo cual y si comparamos dicha
cifra con las estadísticas de otras causas de mortalidad con las que estamos
más familiarizados como son los accidentes domésticos, laborales o de tráfico
resulta simplemente ridícula - en otras palabras -posiblemente muere más gente
en España en accidentes en su cuarto de baño al golpearse la cabeza que de
mordeduras de serpiente y sin embargo
seguimos odiando, temiendo, persiguiendo y matando a nuestras víboras sin
piedad y eso a pesar de que la experiencia y lo aprendido de otros países donde
las serpientes venenosas si que puede llegar a ser una amenaza nos dice que
siguiendo unas simples precauciones básicas como son ir adecuadamente calzado o
simplemente con dejar a las serpientes tranquilas la cifra de personas mordidas
puede llegar a descender notablemente, indudablemente y en definitivas cuentas,
debemos aprender a convivir con nuestra fauna para evitar que desaparezca
lentamente de nuestro país y lo haga sin pena ni gloria.
Ejemplar de
víbora de Lataste luciendo el típico dibujo en forma de
zig-zag en su
lomo. Ejemplar fotografiado en Torcal de Antequera.
Foto cortesía : Javier Gállego /
Macroinstantes
http://macroinstantes.blogspot.com.es/
Curiosamente
y como hemos visto antes tenemos constancia gracias a los informes de los
hospitales de cuantos accidentes son causados por estos reptiles en nuestro
país, sin embargo lo que no sabe nadie ni está contabilizado en ninguna parte
es la gran cantidad de veces que algún escalador, campista o senderista, se ha
sentado a descansar en una peña o plantado un pié erróneamente calzado con
sandalias cerca de un matorral sin que la víbora que allí vive no haga otra
cosa más que permanecer completamente inmóvil evitando así ser detectada y todo
para que el mayor de sus depredadores, el ser humano, aquel que no se come su
carne sino que la mata por ignorancia, odio y miedo injustificados, pase de
largo y la deje vivir tranquilamente en lo poco que queda de su menguante
hábitat.
·
Las fotos que podéis ver en este Post han sido
amablemente cedidas por Javier Gállego. Por cierto, os recomiendo que visitéis
su propio espacio Macroinstantes, podéis hacerlo en la siguiente dirección.
http://macroinstantes.blogspot.com.es/
* Datos publicados en Saz-Parkinson Z. et al., Approach to the
epidemiology of venomous bites in Spain. Toxicon ( 2012 ), doi:10.1016/j.toxicon.2012.03.021
Tiene ud. toda la razón (salvo cuando escribre "inmóbil").
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