domingo, 10 de junio de 2012

Juan José Calvete y la Venómica.

                  Existe una rama de la toxinología ( o el estudio de las toxinas de origen animal o vegetal ) que todavía y debido a mi ignoráncia supina al respecto no había sido, lamentablemente, mentada ni tratada en este Blog a pesar del importante papel que juega hoy en día en la lucha contra las mordeduras de serpientes venenosas.

                No obstante y como todo tiene remedio hemos sido lo suficientemente afortunados como para que la figura más destacada en España y una de las más destacadas a nivel mundial en el estudio de dichas toxinas de origen animal deje a un lado su apretada agenda y nos explique a todos en que consiste las ramas de la Toxinología conocidas como Venómica, Antivenómica y la Proteomica.

                Estoy hablando del Profesor Juan José Calvete, Profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Director del Laboratorio de Venómica y Proteinómica Estructural del Instituto de Biomedicina de Valencia, Presidente de la Sección Europea de la International Society on Toxinology y Editor Jefe de Journal of Proteomics (Elsevier) el cual ha tenido la inmensa amabilidad y el detalle de colaborar con este Blog y de enviarnos las siguientes explicaciones las cuales espero que os gusten y os resulten tan interesantes como a mi:

Juan José Calvete.

          El envenenamiento por mordedura de serpiente es una enfermedad desatendida.

      Las patologías tropicales desatendidas constituyen, según la Organización Mundial de la Salud (http://www.afro.who.int), un grupo de enfermedades crónicas, graves e incapacitantes, que persisten asociadas a condiciones de extrema pobreza en poblaciones marginadas de los más de los 100 paises más pobres de África, Asia y América Latina. En esta lista de enfermedades desatendidas la OMS incluye el envenenamiento por mordedura de serpiente El tratamiento efectivo, la administración de un suero antiofídico, es conocido desde hace más de 120 años y, sin embargo, la escasa producción y distribución de antivenenos eficaces y a la vez asequibles a las economías de los paises afectados, no evita las más de 125.000 muertes anuales y un número mucho más elevado de víctimas con secuelas físicas o psíquicas permanentes. La falta de incentivos financieros para las empresas productoras de los antídotos, la disminución de los mercados, y el tibio liderazgo de las organizaciones nacionales y mundiales de salud pública han marginado el problema y su solución.

            Acción desde el mundo académico: la Global Snakebite Initiative.

       Para hacer frente a esta problemática desde el mundo académico, un grupo de investigadores de la comunidad toxinológica respaldado por la International Society on Toxinology (IST, http://www.toxinology.org) ha puesto en marcha una iniciativa internacional, denominada GSI (Global Snakebite Initiative), cuyo principal objetivo es movilizar e integrar los recursos, la capacidad, la experiencia y las sinergias de científicos básicos, clínicos y de desarrollo tecnológico en la búsqueda de soluciones al envenenamiento ofídico. La consecución de esta iniciativa requiere la estrecha colaboración entre instituciones de países afectados por la patología y de las naciones industrializadas. El éxito de la GSI está vinculado al desarrollo de la complementariedad entre aquellos que poseen la experiencia y la visión de las limitaciones locales en el tratamiento de la enfermedad y de quienes tienen acceso a las tecnologías necesarias para estudiar las bases moleculares de la patología e identificar dianas de intervención terapéutica.

            Proteómica contra el ofidismo.

       Nuestro laboratorio del Instituto de Biomedicina de Valencia, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), participa en la GSI desarrollando técnicas para dilucidar qué toxinas se encuentran en los venenos de serpientes (Venómica) y analizar la efectividad de los antivenenos comerciales o experimentales (Antivenómica). Siendo la herramienta analítica que posibilita estos estudios la denominada Proteómica (http://es.wikipedia.org/wiki/Proteómica). Los estudios proteómicos han evidenciado que los venenos de serpientes de los géneros Viperinae (víboras europeas, africanas y asiáticas) y Crotalinae (crótalos asiáticos y serpientes de cascabel americanas) están compuestos por diferentes combinaciones de un grupo reducido de toxinas. Las investigaciones han puesto en evidencia la existencia de variabilidad en la composición de los venenos de individuos de la misma especie en función de su edad y distribución geográfica. La identificación de variaciones intraespecíficas en los venenos de especies de relevancia médica es muy importante para la selección de las serpientes cuyos venenos se destinarán a la generación del antídoto.

       La variabilidad es el motor y la consecuencia de la Evolución biológica. El veneno representa un carácter adaptativo y como tal su composición está modulada por las condiciones ecológicas a través de la Selección Natural. La adaptación al medio conlleva tanto divergencias como convergencias en la composición global del armamento químico de los animales venenosos. Por tanto, la relación de parentesco entre especies (filogenia, http://es.wikipedia.org/wiki/Filogenia) no constituye un método fiable para predecir la composición tóxica de sus venenos.

       El estudio de los venenos mediante técnicas de proteómica se ha revelado como una estrategia adecuada para hacer frente a la patología desatendida que supone el envenenamiento por mordedura de serpiente.

            Información complementaria:


 

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