Siempre resulta interesante saber que todavía existen especies nuevas por descubrir en el mundo y afortunadamente esto todavía ocurre de cuando en cuando.
El año pasado tuvo lugar el descubrimiento de una nueva serpiente venenosa, la así llamada víbora de Matilda Atheris matildae, esta nueva especie fue descubierta en las tierras altas situadas al sur de Tanzania y a pesar de que se asemeja notablemente a su pariente la víbora de bosque Atheris ceratophora, al menos en el hecho de que ambas lucen escamas supraoculares con forma de cuernecillos encima de los ojos, los ejemplares hallados son lo suficientemente diferentes de cualquier otra Atheris como para que se trate de una especie ya conocida.
Un hecho lamentable me ha llamado la atención ante este descubrimiento y es que las personas que encontraron los 4 ejemplares de esta nueva especie han guardado en secreto la localización exacta del descubrimiento y ante la pregunta lógica de ¿ por que ? la respuesta fue todavía más lógica: para evitar que los traficantes de reptiles expolien la reducida y cada vez más menguante zona donde habita esta especie para luego vender los ejemplares que encuentren de esta nueva especie, la cual ya que resulta toda una novedad, alcanza unos precios muy elevados en el mercado, una vez más lamentable pero cierto, los coleccionistas de serpientes pueden llegar a ser unos enemigos potenciales y peligrosos de los reptiles que tanto les fascinan.
Una nueva belleza desde África.
Foto: Michele menegon.
El género Atheris, debido a la gran belleza, escaso tamaño y veneno moderadamente tóxico ( al menos una especie la Atheris squamiger ha causado muertes humanas ) de sus especies son consecuentemente muy apreciadas como animales de terrario a pesar de su peligro potencial ya que una mordedura de cualquiera de estas especies “ poco venenosas “ puede llevar a su propietario directamente al hospital durante una temporada con unos dolorosos y desagradables síntomas.
Conocidas popularmente como víboras de selva, este género cuenta con 14 especies distribuidas por África tropical y todas estas especies ( incluida la nueva especie ) son de hábitos arborícolas excepto 2 especies, la Atheris superciliaris y la A. hindii. Morfológicamente son similares a los crotálidos o víboras de fosetas arborícolas tanto asiáticas como centro y sudamericanas, pero no presentan las fosetas termorreceptoras propias de dichas especies. Curiosamente uno de las peores amenazas para estas pequeñas y coloridas víboras, aparte de un habitat cada vez más menguante y degradado, es la recolección excesiva para su venta.
Una vez más aprovecho estas líneas para apelar a vuestro sentido de la responsabilidad y pediros que si estáis decididos a comprar una serpiente hacedlo siempre, aunque os cueste más caro, en un lugar donde estos animales sean reproducidos en cautiverio, de esta manera reduciréis las capturas en la naturaleza y el consiguiente riesgo de extinción de estos reptiles y vosotros gozareis de unos animales mucho mejor adaptados a la vida en cautividad con el consiguiente beneficio para el medio ambiente y para vosotros y vuestra mascota, creo que este desembolso adicional merece la pena.
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