sábado, 21 de enero de 2012

Las Boas constrictor detectan los latidos cardiacos.

Un experimento llevado a cabo en USA ha demostrado que las serpientes constrictoras y en particular la especie usada en dicho experimento, la boa constrictor Boa constrictor, son capaces de sentir a través de su propio cuerpo los latidos cardiacos de sus presas mientras las constriñen y actuar en consecuencia parando dicha acción si dichos latidos cesan o manteniendo la constricción y la presión si los latidos prosiguen.
Al menos las Boas constrictor - quizá otras serpientes
constrictoras tambien - han demostrado estar dotadas
de una piel escamosa pero no insensible.
Foto: Javier Carrasco.
                      
En dicho experimento se usaron 16 ejemplares de Boa constrictor y un número de ratas previamente sacrificadas en algunas de las cuales se implantaron instrumentos que simulaban el latido cardiaco del roedor, al alimentar a las serpientes con dichos roedores se demostró que las boas respondían a los latidos cardiacos simulados constriñendo a su presa con mayor fuerza y durante más tiempo que cuando se las ofrecían ratas sin dichos latidos, también se demostró que cuando los latidos cardiacos artificiales cesaban las serpientes paraban inmediatamente de constreñir a sus presas.

Este experimento pone de manifiesto una adaptación más de las serpientes a la hora de cazar a sus presas ya que su sensible piel las hace saber cuando su presa ya está muerta y puede liberar la presión ejercida con sus potentes músculos. Indudablemente dicha técnica a la hora de dar muerte resulta tanto energéticamente costosa como peligrosa para la salud del reptil el cual siempre se arriesga a sufrir el ataque de su futura comida de modo que saber exactamente cuando la presa está muerta desemboca en un ahorro energético y proporciona a la serpiente la seguridad de que ya puede empezar a comer sin correr ningún riesgo de que dicha presa la ataque o se escape.



       


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