viernes, 18 de enero de 2013

Mamba negra. Dendroaspis polylepis.



        Si existe una serpiente globalmente conocida, aunque solo sea de oído, esa es la mamba negra Dendroaspis polylepis, tanto es así que en el continente africano donde habita su nombre ( por encima del de cualquier otra serpiente venenosa) se asocia con la muerte y va de boca en boca en medio de historias terribles relacionadas con su crueldad, saña, velocidad y terrible veneno. Quizá sería bueno plantearnos que la historia natural de este legendario elápido se ve demasiado a menudo a través de un velo tan negro como lo es el interior de su boca, de manera que voy a intentar ofreceros una visión más objetiva y también de desmitificar, en la medida de lo posible, a esta serpiente tan conocida por todo el mundo por su nombre pero a la vez tan desconocida por todos en lo tocante a su interesante historia natural en este post particularmente largo, cosa que espero que disculpéis, pero que finalmente espero que os guste.

         Las mambas negras son serpientes de gran tamaño, de hecho son la segunda especie de serpiente venenosa más grande del mundo después de la cobra real, ya que – supuestamente - ha llegado a alcanzar una longitud de 4. 20 metros, no obstante semejante longitud parece ser errónea y debe estar basada posiblemente en la medición de alguna piel estirada, con lo que la mayor mamba negra cuya longitud fue tomada correctamente llegó a alcanzar “solo” unos 3. 5 metros y como siempre ocurre la longitud media de esta especie es menor que todo esto siendo de alrededor de 2 a 2. 7 metros. El nombre mamba negra resulta inapropiado ya que esta especie nunca es negra, solo sus mucosas bucales lo son, de modo que un nombre común como “mamba de boca negra” resulta más apropiado, en realidad su coloración suele ser de color verde oliva o gris metal oscuro con algunos ejemplares luciendo líneas desdibujadas de color más oscuro en la parte trasera del cuerpo, por otra parte el cuerpo de esta especie es largo y esbelto, está dotado con escamas lisas y una cabeza cuya forma rectangular ha sido definida como “ en forma de ataúd “ hasta la saciedad, los ojos son negros, de buen tamaño y están dotados de pupilas redondas adaptadas al modo de vida de esta especie, esto es, diurno.

         En su distribución geográfica esta especie ocupa gran parte del África subsahariana ya que vive en Angola, Botswana, Burkina Faso, Camerún, Republica Centro Africana, Congo, Eritrea, Etiopía, Kenya, Malawi, Mali, Mozambique, Namibia, Somalia, Sudáfrica, Tanzania, Uganda, Zambia, Zimbabwe, Senegal y Guinea. Su hábitat suele ser las sabanas salpicadas de grandes arbustos y acacias africanas, los bosques ribereños no demasiado densos e incluso zonas costeras arboladas pero nunca en zonas boscosas densas y es allí donde suele establecer su residencia buscando un refugio bajo la forma de termitero abandonado, un agujero en el tronco de un árbol o incluso una madriguera subterránea de otro animal abandonada en la cual, salvo que su refugio se vuelva inseguro debido a la invasión humana o la comida escasee en los alrededores, la mamba residente disfrutará de su seguridad durante años. Esta serpiente, al contrario que las otras 3 especies de mambas verdes, las cuales son mayormente arborícolas, es una especie predominantemente terrestre la cual, además, trepa por rocas altas o sube a los árboles y se desplaza por sus ramas de manera magistral siendo además una excelente nadadora.

         Una característica notable de esta especie es su forma de desplazarse por campo abierto cosa que hace con la cabeza bien levantada del suelo para guiarse por su excelente sentido de la vista o para encontrar a sus posibles presas desde cierta distancia, sin embargo, lo más notable en cuanto a sus desplazamientos es la velocidad que llega a alcanzar ya que, a pesar de que se la han adjudicado velocidades mucho mayores, esta especie puede llegar a desplazarse a una velocidad máxima de unos 15 km / hora - posiblemente durante trechos cortos - con lo cual es la serpiente más veloz del mundo. El motivo de esta velocidad posiblemente es debido a que se trata de una cazadora activa que recorre su territorio buscando a sus presas las cuales suelen ser mamíferos de tamaño pequeño con los roedores como una de las presas más consumidas aunque otros mamíferos como murciélagos, ardillas, damanes de las rocas o musarañas tambien son atacadas e igualmente lo son las aves del tamaño de palomas o tórtolas y, aunque raramente, los reptiles también entran en el menú, al menos bajo la forma de otras serpientes de manera ocasional. Para cazar a sus presas las mambas utilizan siempre una sola y rápida mordedura que difiere de la de otros elápidos en el hecho de que el reptil muerde y libera a su presa muy rápidamente no necesitando mantener la mordedura durante mucho tiempo.

         Cuando salen del huevo donde se incubaron las pequeñas mambas miden alrededor de 40 a 60 cm y son aproximadamente del grosor de un lápiz, por supuesto son réplicas en miniatura de sus progenitores y muy capaces de propinar una mordedura letal para un animal mayor que ellas en tamaño y peso y desde luego necesitarán su veneno para cazar, defenderse y sobrevivir en su hábitat ya que existe una multitud de animales incluyendo aves rapaces, cigüeñas, pájaros secretarios, etc que se las comerán en cuanto tengan la menor oportunidad y luego están los mamíferos y otros reptiles, como los varanos u otras serpientes, que harán lo mismo garantizando que solo unas pocas mambas de cada camada puesta por las hembras, las cuales suelen constar de 9 a 14 huevos, llegue a convertirse en una mamba adulta. Afortunadamente para las recién nacidas el crecimiento de esta especie es notablemente rápido, al menos en cautividad, ya que se demostró como una cría puede llegar a alcanzar en condiciones idóneas de temperatura y con toda la comida que pueda engullir una longitud de 1. 82 metros en su primer año de vida, quizá con este tipo de crecimiento tenga que ver el notable hecho de que el proceso digestivo es extremadamente rápido en esta especie la cual es capaz de digerir una rata en solo 8 ó 10 horas. Indudablemente en la sabana hay que crecer cuanto antes ya que ser pequeño resulta sumamente peligroso, aunque uno sea una rápida y venenosísima mamba negra, no obstante, alcanzar un gran tamaño en la madurez no garantiza a esta especie la carencia total de depredadores.

         Varios factores contribuyen a convertir a la mamba negra en una de las serpientes más letales del mundo ya que como hemos visto antes son grandes, muy rápidas, ágiles y por otra parte sus colmillos difieren notablemente de los de la mayoría de los otros elápidos como son las cobras, serpientes coral, kraits, etc, ya que son notablemente más largos ( 6.5 mm en ejemplares adultos ), finos, curvos y además gozan de cierta movilidad y esto las capacita para realizar mordeduras muy rápidas similares a las de los viperidos, no obstante eso no es todo, ya que como tambien hemos visto antes una mamba que caza solo muerde una sola vez pero si la serpiente se encuentra en la situación hipotética de que ya ha mordido una vez defendiéndose de lo que considera una agresión pero considera que la amenaza hacia su persona continúa efectuará varias mordeduras más en rápida sucesión inoculando así dosis masivas de veneno a su enemigo, para hacernos una idea de lo que esto significa diremos que en una sola mordedura son inoculados de 100 a 400 mg de veneno de los cuales se estima que solamente de 10 a 15 mg son ya una dosis letal para un hombre adulto ( la LD 50 es de 0. 28 mg / kg ) dicho veneno es de acción neurotóxica / cardiotóxica y resulta de acción muy rápida pudiéndose presentarse los primeros síntomas de neurotoxicidad pasada media hora de la mordedura e incluso mucho antes, de modo que si no se produce una mordedura seca o la serpiente inocula una dosis ínfima de veneno las posibilidades de sobrevivir a una sola mordedura de esta especie son ya muy escasas ya que se comprobó como en 7 casos de mordeduras ocurridos en Sudáfrica el 100 % fueron letales, así pues, si el accidentado no recibe tratamiento lo antes posible con copiosas dosis de antiveneno ( cantidades de hasta 100 cm cúbicos no son inusuales ) posiblemente estará condenado e incluso recibiendo sueros posiblemente necesite respiración asistida. Entre los síntomas que se producen en caso de envenenamiento se cuentan el hormigueo en la lengua y labios, dificultades para abrir los ojos, la boca o para sacar la lengua, fasciculaciones (contracciones musculares involuntarias ) así como una parálisis descendente y progresiva, también se producen dolores abdominales, mareos, sudoración copiosa, nauseas, vómitos, diarreas y salivación excesiva, finalmente la muerte se produce por asfixia al paralizarse el diafragma.

         Con fama de nerviosa y de que no duda en defenderse si es acosada, perseguida o sorprendida incluso una mamba negra mostrará, si puede, un comportamiento intimidatorio destinado a evitar morder el cual consiste en abrir la boca ampliamente exhibiendo sus mucosas bucales negras, alzarse del suelo, bufar y abrir un capuchón en su cuello mucho más estrecho que el de sus parientes las cobras, si ante este despliegue la hipotética persona que ha sorprendido al reptil permanece inmóbil la serpiente se calmará y huirá pero si se mueve el ataque, si es que se produce, será rápido con la serpiente mordiendo alto ( en el caso de los grandes ejemplares por encima de la cintura de su agresor ) y desde una distancia considerable. Para finalizar con los detalles truculentos mencionaré el que quizá es el mejor ejemplo de lo que es capaz de hacer una de estas serpientes cuando es atacada y es el hecho de que cuando 4 ó más perros que formaban parte de una partida de caza han descubierto a una mamba negra y se han lanzado ciegamente a cazarla la serpiente ha terminado muerta y despedazada después de la tremenda refriega pero pasado cierto tiempo todos los perros han terminado sucumbiendo a su mordedura uno detrás de otro. No obstante y a pesar de todo esto, nunca debemos olvidar que la reacción típica de esta especie radica en huir a toda velocidad a esconderse o quedarse quieta confiando en pasar desapercibida, el resto de lo aquí dicho son casos anecdóticos, puntuales y que no suceden todos los días, pero a pesar de todo una cosa está muy clara: mucho cuidado con acorralar a una mamba negra.

         Si nos centramos en todos estos detalles escabrosos no es de extrañar la mala fama que precede a esta serpiente en África, pero la pregunta es: ¿ se la merece ? bueno, quien conoce bien a esta especie la califica como tímida, huidiza y perpetuamente alerta ante lo que la rodea lo cual la lleva a esconderse rápidamente mucho antes de que cualquier ser humano que camine cerca ni siquiera la vea y de hecho esto es lo que suelen hacer, por otra parte no resulta raro que una mamba se acerque a un poblado atraída por los abundantes roedores o incluso que se cuele en las chozas ( o en Bungalows ) persiguiéndolos y aunque esto la puede poner peligrosamente en contacto con el hombre curiosamente y como ya comenté con anterioridad en este blog, se sabe de mambas negras que han vivido posiblemente durante años en buhardillas de casas ( a juzgar por la gran cantidad de pieles mudadas que allí había ) sin que el propietario de la casa ni sus vecinos ni siquiera sospechasen su presencia, tal es la discreción y el sigilo del que hacen gala estos reptiles y por otra parte tenemos el testimonio de cazadores como C. J. P Ionides, quien en el siglo pasado capturó unas 200 mambas negras ( incluidos ejemplares de 3. 20 metros de longitud ) sin sacar a relucir nunca el carácter agresivo de la especie sino su falta de agresividad y esto a pesar de lo comprometido de la situación en la que se encontraban dichos reptiles siendo capturados, los cuales y a pesar de su mala fama, simplemente querían permanecer ocultos en sus escondites negándose a abandonar su seguridad a toda costa y no atacaban incluso cuando para hacerlos salir se les empujaba o zarandeaba, de hecho según Ionides solo algunos ejemplares intentaron morder pero solo cuando eran manipulados y la opción de huir era ya imposible.

         ¿Entonces ante que estamos al fin y al cabo, ante el monstruo que persigue a la gente a la carrera para morderla, mata a familias o vacía poblados africanos enteros según cuentas las leyendas e historias de terror o ante un animal que corre a esconderse ante la presencia del hombre ?. Indudablemente una cosa está clara, que la mamba negra es, potencialmente, una especie peligrosa que si es acosada se defenderá sin dudarlo con las armas que posee pero que sin embargo en realidad es tímida y huidiza y solo usa su veneno cuando se siente atacada y para cazar, de modo que no resulta necesario ni justo seguir exagerando con lo que se cuenta sobre este animal aumentando cada vez más la mala fama de esta serpiente. Quizá va siendo hora de ver a este “demonio” africano de boca negra como lo que es en realidad y desde un punto de vista menos emotivo, un animal dotado con una serie de cualidades magníficas que la han adaptado perfectamente a la vida en las llanuras africanas y cuyo camino se cruza cada vez más en su perjuicio con el del sobreabundante ser humano cada vez más presente en su habitat.

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