sábado, 31 de mayo de 2014

La cobra Egipcia Naja haje.

Este post destinado a esta especie va dedicado a uno de los lectores más jóvenes de este Blog, se trata de Hector quien con 8 aňos recién cumplidos me solicitó información sobre esta especie.

Felicidades por tu cumpleaňos Hector.

La cobra egipcia Naja haje es uno de los elápidos más carismáticos del continente africano aunque solo sea porque se supone que esta fué la serpiente que Cleopatra eligió para acabar con su vida estando además muy presente en la antigua cultura egipcia, ya sea en los jeroglíficos o representada en la tiara de los faraones donde este reptil representaba un símbolo protector.

El cambio taxonómico que sufrió esta especie y que ascendió a varias de sus subespecies a especies completamente diferentes hacen que muchos de los datos sobre la biología de esta especie sean posiblemente erróneos.  Debido a dicho cambio las antes conocidas como Naja haje anchietae, Naja haje annulifera y Naja haje arabica son, hoy en día, especies distintas mientras que la cobra negra de Marruecos Naja haje legionis es simplemente considerada como una variedad melánica de la cobra egipcia pero no una subespecie, el nombre "legionis" acuňado por Valvérde se sigue usando simplemente para diferenciar a esta población de cobras negras del resto de las Naja haje africanas.

Nos encontramos ante una de las cobras más grandes de África junto con la cobra de selva Naja melanoleuca ya que a pesar de que la longitud media de esta especie es de alrededor de 2 metros, usualmente de 1,30 a 1, 80, se han documentado ejemplares de 2, 60 metros, junto con su tamaňo la cobra egipcia goza de un cuerpo estilizado pero robusto y cubierto por escamas lisas, su coloración suele ser parda y verde oliva con algunos ejemplares luciendo una bella coloración jaspeada formada por colores más claros u oscuros en su piel. La cabeza es ancha, ligeramente aplanada y diferenciada del cuello, los ojos están dotados con pupilas redondas.

Estamos ante una especie que no es precisamente remilgada a la hora de comer y que caza toda aquella presa de tamaňo adecuado que pueda dominar usando su veneno e ingerir, no existiendo una predilección clara por ninguna presa en particular, de este modo, roedores, aves y sus huevos, anfibios u otros reptiles, incluyendo otras serpientes como son las víboras bufadoras Bitis arietans o ejemplares de su misma especie entran en el menú.

Esta especie posee hábitos mayoritariamente terrestres y está activa tanto de día como durante el crepúsculo, su hábitat favorito suelen ser las llanuras y sabanas cubiertas de hierba aunque también ocupa zonas dotadas con arbustos o arboladas aunque nunca está presente ni en bosques ni en selvas frondosas, también. puede estar presente en zonas cultivadas por el hombre o áreas semi desérticas (cerca de ríos u oasis) pero nunca en desiertos.

Su distribución en África es discontinua y está formada por diferentes poblaciones aisladas ocupando así desde el norte de África hasta la franja ecuatorial en países como Marruecos, Argelia, Benin, Burkina Faso, Chad, Congo, Camerún, Costa de Marfil, Djibuti, Egipto, Eritrea, Etiopía, Gambia, Ghana, Kenya, Libia, Mali, Níger, Nigeria, Senegal, Sudan, Tanzania, Togo, Túnez, Uganda, Mauritania y Somalia.

A la hora de reproducirse estas cobras. ponen, bajo tierra o un tronco caído, más de 20 huevos, los cuales suelen medir de 5 - 6 cm x 3 - 3,5 cm, cuando dichos huevos eclosionan las pequeňas cobras vienen midiendo de 25 a 30 cm y serán, en su mayoría, presa fácil de aves de presa como águilas, pájaros secretarios y cálaos terrestres, aunque otros depredadores como mangostas, grandes varanos u otras serpientes también se encargarán de mantener las poblaciones de esta especie dentro de unos límites aceptables.

Las relaciones del omnipresente Homo sapiens con esta especie pueden llegar a no ser fáciles ya que estamos ante una notable ladrona de aves de corral y de sus huevos que no solo se adentra en las granjas avícolas atraída sin duda por el olor de sus inquilinos sino tambien en chozas, aldeas o pueblos atraida por el olor del omnipresente compaňero del hombre, los roedores, lo que puede provocar algunos encontronazos entre cobras y hombres y ante los cuales basta con que el reptil se alce 30 ó 40 cm del suelo y que despliegue el capuchón de su cuello para que la paz vuelva a reinar, al menos momentáneamente, en la zona. No obstante y en caso de producirse una mordedura efectiva las consecuencias son serias ya que esta especie posee un fuerte veneno neurotóxico y citotóxico que provoca síntomas locales como necrosis y edema no muy pronunciado así como una seria sintomatologia sistémica con una parálisis flácida progresiva que comienza con ptosis palpebral le siguen confusión mental y movimientos musculares involuntarios, etc, en caso de haberse producido un envenenamiento serio todo termina con un paro respiratorio. La dosis letal media de esta especie (via intravenosa) es de 0,96 mg/kilo con lo que la dosis letal para un ser humano es de 15 ó 20 mg.

Esta especie está muy presente tanto en parques zoológicos como en colecciones privadas, lo cual y en el último caso no es nada recomendable para la salúd de sus propietarios dado el tamaňo y la potencia del veneno de esta especie el cual requiere de copiosas cantidades de sueros para ser anulado.

Las poblaciones de esta especie no parecen estar amenazadas por la presencia humana u otras causas como puedan ser las capturas excesivas excepto en Marruecos donde se capturan grandes cantidades de cobras negras anualmente para ser exhibidas por los "encantadores de serpientes" tan frecuentes en algunas plazas públicas y destinados a ofrecer un triste espectáculo ante los turistas con el que nadie debería participar.

2 comentarios:

  1. Los huevos llegan a medir de 50-60 cm? De contorno cranio-caudal?

    Quico Díaz

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    1. Hola Quico.

      Medidas corregidas, gracias por avisar sobre el error.

      Un saludo

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