Si existe una serpiente globalmente conocida, aunque solo
sea de oído, esa es la mamba negra Dendroaspis polylepis, tanto es así que en el
continente africano donde habita su nombre ( por encima del de cualquier otra
serpiente venenosa) se asocia con la muerte y va de boca en boca en medio de
historias terribles relacionadas con su crueldad, saña, velocidad y terrible
veneno. Quizá sería bueno plantearnos que la historia natural de este
legendario elápido se ve demasiado a menudo a través de un velo tan negro como
lo es el interior de su boca, de manera que voy a intentar ofreceros una visión
más objetiva y también de desmitificar, en la medida de lo posible, a esta
serpiente tan conocida por todo el mundo por su nombre pero a la vez tan
desconocida por todos en lo tocante a su interesante historia natural en este
post particularmente largo, cosa que espero que disculpéis, pero que finalmente
espero que os guste.
Las mambas negras son
serpientes de gran tamaño, de hecho son la segunda especie de serpiente
venenosa más grande del mundo después de la cobra real, ya que – supuestamente
- ha llegado a alcanzar una longitud de 4. 20 metros, no obstante semejante
longitud parece ser errónea y debe estar basada posiblemente en la medición de
alguna piel estirada, con lo que la mayor mamba negra cuya longitud fue tomada
correctamente llegó a alcanzar “solo” unos 3. 5 metros y como siempre ocurre la
longitud media de esta especie es menor que todo esto siendo de alrededor de 2
a 2. 7 metros. El nombre mamba negra resulta inapropiado ya que esta especie
nunca es negra, solo sus mucosas bucales lo son, de modo que un nombre común
como “mamba de boca negra” resulta más apropiado, en realidad su coloración
suele ser de color verde oliva o gris metal oscuro con algunos ejemplares
luciendo líneas desdibujadas de color más oscuro en la parte trasera del
cuerpo, por otra parte el cuerpo de esta especie es largo y esbelto, está
dotado con escamas lisas y una cabeza cuya forma rectangular ha sido definida
como “ en forma de ataúd “ hasta la saciedad, los ojos son negros, de buen
tamaño y están dotados de pupilas redondas adaptadas al modo de vida de esta
especie, esto es, diurno.
En su distribución
geográfica esta especie ocupa gran parte del África subsahariana ya que vive en
Angola, Botswana, Burkina Faso, Camerún, Republica Centro Africana, Congo,
Eritrea, Etiopía, Kenya, Malawi, Mali, Mozambique, Namibia, Somalia, Sudáfrica,
Tanzania, Uganda, Zambia, Zimbabwe, Senegal y Guinea. Su hábitat suele ser las
sabanas salpicadas de grandes arbustos y acacias africanas, los bosques
ribereños no demasiado densos e incluso zonas costeras arboladas pero nunca en
zonas boscosas densas y es allí donde suele establecer su residencia buscando
un refugio bajo la forma de termitero abandonado, un agujero en el tronco de un
árbol o incluso una madriguera subterránea de otro animal abandonada en la
cual, salvo que su refugio se vuelva inseguro debido a la invasión humana o la
comida escasee en los alrededores, la mamba residente disfrutará de su
seguridad durante años. Esta serpiente, al contrario que las otras 3 especies
de mambas verdes, las cuales son mayormente arborícolas, es una especie
predominantemente terrestre la cual, además, trepa por rocas altas o sube a los
árboles y se desplaza por sus ramas de manera magistral siendo además una
excelente nadadora.
Una característica
notable de esta especie es su forma de desplazarse por campo abierto cosa que
hace con la cabeza bien levantada del suelo para guiarse por su excelente
sentido de la vista o para encontrar a sus posibles presas desde cierta
distancia, sin embargo, lo más notable en cuanto a sus desplazamientos es la
velocidad que llega a alcanzar ya que, a pesar de que se la han adjudicado
velocidades mucho mayores, esta especie puede llegar a desplazarse a una
velocidad máxima de unos 15 km / hora - posiblemente durante trechos cortos -
con lo cual es la serpiente más veloz del mundo. El motivo de esta velocidad
posiblemente es debido a que se trata de una cazadora activa que recorre su
territorio buscando a sus presas las cuales suelen ser mamíferos de tamaño
pequeño con los roedores como una de las presas más consumidas aunque otros
mamíferos como murciélagos, ardillas, damanes de las rocas o musarañas tambien
son atacadas e igualmente lo son las aves del tamaño de palomas o tórtolas y,
aunque raramente, los reptiles también entran en el menú, al menos bajo la
forma de otras serpientes de manera ocasional. Para cazar a sus presas las
mambas utilizan siempre una sola y rápida mordedura que difiere de la de otros
elápidos en el hecho de que el reptil muerde y libera a su presa muy
rápidamente no necesitando mantener la mordedura durante mucho tiempo.
Cuando salen del
huevo donde se incubaron las pequeñas mambas miden alrededor de 40 a 60 cm y
son aproximadamente del grosor de un lápiz, por supuesto son réplicas en
miniatura de sus progenitores y muy capaces de propinar una mordedura letal
para un animal mayor que ellas en tamaño y peso y desde luego necesitarán su
veneno para cazar, defenderse y sobrevivir en su hábitat ya que existe una
multitud de animales incluyendo aves rapaces, cigüeñas, pájaros secretarios,
etc que se las comerán en cuanto tengan la menor oportunidad y luego están los
mamíferos y otros reptiles, como los varanos u otras serpientes, que harán lo
mismo garantizando que solo unas pocas mambas de cada camada puesta por las
hembras, las cuales suelen constar de 9 a 14 huevos, llegue a convertirse en
una mamba adulta. Afortunadamente para las recién nacidas el crecimiento de
esta especie es notablemente rápido, al menos en cautividad, ya que se demostró
como una cría puede llegar a alcanzar en condiciones idóneas de temperatura y
con toda la comida que pueda engullir una longitud de 1. 82 metros en su primer
año de vida, quizá con este tipo de crecimiento tenga que ver el notable hecho
de que el proceso digestivo es extremadamente rápido en esta especie la cual es
capaz de digerir una rata en solo 8 ó 10 horas. Indudablemente en la sabana hay
que crecer cuanto antes ya que ser pequeño resulta sumamente peligroso, aunque
uno sea una rápida y venenosísima mamba negra, no obstante, alcanzar un gran
tamaño en la madurez no garantiza a esta especie la carencia total de depredadores.
Varios factores
contribuyen a convertir a la mamba negra en una de las serpientes más letales
del mundo ya que como hemos visto antes son grandes, muy rápidas, ágiles y por
otra parte sus colmillos difieren notablemente de los de la mayoría de los otros
elápidos como son las cobras, serpientes coral, kraits, etc, ya que son
notablemente más largos ( 6.5 mm en ejemplares adultos ), finos, curvos y
además gozan de cierta movilidad y esto las capacita para realizar mordeduras
muy rápidas similares a las de los viperidos, no obstante eso no es todo, ya
que como tambien hemos visto antes una mamba que caza solo muerde una sola vez
pero si la serpiente se encuentra en la situación hipotética de que ya ha
mordido una vez defendiéndose de lo que considera una agresión pero considera
que la amenaza hacia su persona continúa efectuará varias mordeduras más en
rápida sucesión inoculando así dosis masivas de veneno a su enemigo, para
hacernos una idea de lo que esto significa diremos que en una sola mordedura son
inoculados de 100 a 400 mg de veneno de los cuales se estima que solamente de
10 a 15 mg son ya una dosis letal para un hombre adulto ( la LD 50 es de 0. 28
mg / kg ) dicho veneno es de acción neurotóxica / cardiotóxica y resulta de
acción muy rápida pudiéndose presentarse los primeros síntomas de
neurotoxicidad pasada media hora de la mordedura e incluso mucho antes, de modo
que si no se produce una mordedura seca o la serpiente inocula una dosis ínfima
de veneno las posibilidades de sobrevivir a una sola mordedura de esta especie
son ya muy escasas ya que se comprobó como en 7 casos de mordeduras ocurridos
en Sudáfrica el 100 % fueron letales, así pues, si el accidentado no recibe
tratamiento lo antes posible con copiosas dosis de antiveneno ( cantidades de
hasta 100 cm cúbicos no son inusuales ) posiblemente estará condenado e incluso
recibiendo sueros posiblemente necesite respiración asistida. Entre los
síntomas que se producen en caso de envenenamiento se cuentan el hormigueo en
la lengua y labios, dificultades para abrir los ojos, la boca o para sacar la
lengua, fasciculaciones (contracciones musculares involuntarias ) así como una
parálisis descendente y progresiva, también se producen dolores abdominales,
mareos, sudoración copiosa, nauseas, vómitos, diarreas y salivación excesiva,
finalmente la muerte se produce por asfixia al paralizarse el diafragma.
Con fama de nerviosa
y de que no duda en defenderse si es acosada, perseguida o sorprendida incluso
una mamba negra mostrará, si puede, un comportamiento intimidatorio destinado a
evitar morder el cual consiste en abrir la boca ampliamente exhibiendo sus
mucosas bucales negras, alzarse del suelo, bufar y abrir un capuchón en su
cuello mucho más estrecho que el de sus parientes las cobras, si ante este
despliegue la hipotética persona que ha sorprendido al reptil permanece inmóbil
la serpiente se calmará y huirá pero si se mueve el ataque, si es que se
produce, será rápido con la serpiente mordiendo alto ( en el caso de los
grandes ejemplares por encima de la cintura de su agresor ) y desde una
distancia considerable. Para finalizar con los detalles truculentos mencionaré
el que quizá es el mejor ejemplo de lo que es capaz de hacer una de estas
serpientes cuando es atacada y es el hecho de que cuando 4 ó más perros que
formaban parte de una partida de caza han descubierto a una mamba negra y se
han lanzado ciegamente a cazarla la serpiente ha terminado muerta y despedazada
después de la tremenda refriega pero pasado cierto tiempo todos los perros han
terminado sucumbiendo a su mordedura uno detrás de otro. No obstante y a pesar
de todo esto, nunca debemos olvidar que la reacción típica de esta especie
radica en huir a toda velocidad a esconderse o quedarse quieta confiando en
pasar desapercibida, el resto de lo aquí dicho son casos anecdóticos, puntuales
y que no suceden todos los días, pero a pesar de todo una cosa está muy clara:
mucho cuidado con acorralar a una mamba negra.
Si nos centramos en
todos estos detalles escabrosos no es de extrañar la mala fama que precede a
esta serpiente en África, pero la pregunta es: ¿ se la merece ? bueno, quien
conoce bien a esta especie la califica como tímida, huidiza y perpetuamente
alerta ante lo que la rodea lo cual la lleva a esconderse rápidamente mucho
antes de que cualquier ser humano que camine cerca ni siquiera la vea y de
hecho esto es lo que suelen hacer, por otra parte no resulta raro que una mamba
se acerque a un poblado atraída por los abundantes roedores o incluso que se
cuele en las chozas ( o en Bungalows ) persiguiéndolos y aunque esto la puede
poner peligrosamente en contacto con el hombre curiosamente y como ya comenté
con anterioridad en este blog, se sabe de mambas negras que han vivido
posiblemente durante años en buhardillas de casas ( a juzgar por la gran
cantidad de pieles mudadas que allí había ) sin que el propietario de la casa
ni sus vecinos ni siquiera sospechasen su presencia, tal es la discreción y el
sigilo del que hacen gala estos reptiles y por otra parte tenemos el testimonio
de cazadores como C. J. P Ionides, quien en el siglo pasado capturó unas 200
mambas negras ( incluidos ejemplares de 3. 20 metros de longitud ) sin sacar a
relucir nunca el carácter agresivo de la especie sino su falta de agresividad y
esto a pesar de lo comprometido de la situación en la que se encontraban dichos
reptiles siendo capturados, los cuales y a pesar de su mala fama, simplemente
querían permanecer ocultos en sus escondites negándose a abandonar su seguridad
a toda costa y no atacaban incluso cuando para hacerlos salir se les empujaba o
zarandeaba, de hecho según Ionides solo algunos ejemplares intentaron morder
pero solo cuando eran manipulados y la opción de huir era ya imposible.
¿Entonces ante que
estamos al fin y al cabo, ante el monstruo que persigue a la gente a la carrera
para morderla, mata a familias o vacía poblados africanos enteros según cuentas
las leyendas e historias de terror o ante un animal que corre a esconderse ante
la presencia del hombre ?. Indudablemente una cosa está clara, que la mamba
negra es, potencialmente, una especie peligrosa que si es acosada se defenderá
sin dudarlo con las armas que posee pero que sin embargo en realidad es tímida
y huidiza y solo usa su veneno cuando se siente atacada y para cazar, de modo
que no resulta necesario ni justo seguir exagerando con lo que se cuenta sobre
este animal aumentando cada vez más la mala fama de esta serpiente. Quizá va
siendo hora de ver a este “demonio” africano de boca negra como lo que es en
realidad y desde un punto de vista menos emotivo, un animal dotado con una
serie de cualidades magníficas que la han adaptado perfectamente a la vida en
las llanuras africanas y cuyo camino se cruza cada vez más en su perjuicio con
el del sobreabundante ser humano cada vez más presente en su habitat.