Dentro
de la tenencia en hogares de serpientes venenosas existen, al menos bajo mi
punto de vista, 3 grandes miedos ocasionados por 3 grandes riesgos:
El
primero es que tu mascota te muerda, el segundo radica en que el animal se
fugue y vague libremente por tu casa y el tercero, aunque no menos importante,
es que se fugue y muerda a alguien y esto, a pesar de que estos animales NO
quieren morder a nadie, imaginemos que dicho animal se vea en una situación en
la que crea que defenderse es necesario y obre en consecuencia, tratad de
imaginaros la no tan fantasiosa situación en la que una digamos víbora arborícola
del bambú asiática tan frecuentemente mantenida por aficionados consigue
colarse por debajo de la puerta de tu casa y acceder a la escalera de tu bloque
de apartamentos y alguien que sube o baja dicha escalera totalmente despistado
la pisa accidentalmente...
Indudablemente
cualquiera de estas tres situaciones son un riesgo constante con el que el
tanto el profesional como el aficionado que poseen estos animales deben correr
cotidianamente aunque, personalmente, debo decir que no se cual de las tres me
pone más “ los pelos de punta “, no obstante y dado que en este caso vamos a
tocar el tema de las consecuencias de una fuga he decidido incluir un caso ya
antiguo pero que todavía puede encontrarse en la Web donde fue publicado, entre
otros, por el periódico digital alemán Spiegel Online International en su
edición del 22 de Marzo del 2010.
Primero
y antes que nada debe aclararse que una serpiente, a pesar de ser animales
vertebrados, es un animal capaz de fugarse por agujeros de diámetro inusitadamente
pequeños o por rendijas sumamente estrechas por lo que recomiendo a cualquier
persona que posea uno o varios de estos reptiles que extreme las precauciones
para evitar en todo lo posible la fuga de su mascota, ya que tener que buscar
una serpiente en una casa puede resultar una verdadera pesadilla y si resulta
que es un ejemplar pequeño esto es todavía peor ya que puede esconderse en
cualquier parte y mejor no hablar si
para más INRI resulta que el ejemplar es pequeño y venenoso, con lo que las
consecuencias pueden agravarse a cada minuto que pasa y que el animal está
suelto ya que buscar una serpiente en una casa es como buscar una aguja en un
pajar y encontrarla es algo que requiere su tiempo y posiblemente mucho.
Volviendo
al caso ocurrido en la ciudad Alemana de Mülheim, allí se dio una de las
cacerías de serpientes más largas de la historia, todo comenzó cuando un joven
de 19 años de edad llamado Kevin O. decidió adquirir una pequeña cobra como
mascota, sin embargo el ejemplar de 3 meses de edad de Naja kaouthia que
compró tenía otros planes y así se lo hizo saber a su dueño cuando decidió
fugarse de su terrario, solo para hacernos una idea del lugar donde todo esto
ocurrió diré que fue en una casa que, aparte del ático donde vivía Kevin,
poseía otros 2 apartamentos con gente viviendo en su interior.
Ante
sus infructuosos esfuerzos por encontrar a la pequeña cobra, Kevin decidió
avisar a las autoridades de la fuga del reptil venenoso y allí fue donde los
bomberos realmente averiguaron lo difícil que resulta encontrar a una serpiente
fugada ya que su búsqueda resultó infructuosa a pesar de que literalmente
desmontaron las paredes, el suelo y el techo del apartamento, un equipo de
construcción revisó los escombros de dichos elementos de la casa pedazo por
pedazo buscando al reptil e incluso se llegaron a usar micro cámaras para
visualizar los lugares más inaccesibles de la estructura del apartamento y se
cubrieron de cinta adhesiva de dos caras varias superficies para que el reptil
se quedase allí atrapado sin poder moverse, mientras tanto y por motivos de
seguridad se optó por evacuar el edificio entero ( esto significó tener que
alojar a los otros dos vecinos de Kevin y posiblemente a sus familias en otro
lugar ) y a pesar de todos estos esfuerzos, los cuales duraron 8 semanas, la
pequeña cobra finalmente no fue encontrada y tras el paso del tiempo
posiblemente moriría de hambre.
Sin
embargo y a pesar de que la posesión del pequeño elápido era legal por parte de
su ex propietario ya que seguramente poseía una licencia para ello y era mayor
de edad, un segundo disgusto le esperaba a Kevin aparte del ocasionado por
haber perdido a su mascota, ya que la factura solo por el trabajo de los
bomberos ascendió a 40.000 Euros ( la noticia no especifica la cantidad a pagar
al resto de personal que colaboró en la búsqueda ) y lo que pediría el
propietario del edificio por tener que reconstruir su interior y me imagino que
los otros dos inquilinos también tendrían algo que reclamar en todo esto.
Personalmente,
no me gustaría para nada tener que verme o ver a alguien en esta situación,
pero opino que cualquier persona cuya serpiente venenosa se fugue y no declare
la huida del animal merece la peor de las sanciones debido a que aunque
cualquier persona puede tener un encontronazo con el animal tambien resulta muy
fácil que los primeros en encontrarse con el animal sea los niños que juegan en
cualquier barrio y ante esto...
Por
estas razones y por que hasta los más profesionales cometen errores y se dejan
un terrario abierto, una vez más mucho cuidado con las serpientes venenosas
como mascota.
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