Todavía no he conseguido determinar a que especie
pertenecen las serpientes que fueron robadas, ya que las noticias son tan
confusas y poco exactas que en un mismo artículo ( y esto ha pasado en varios
periódicos diferentes donde aparece esta noticia) la especie mencionada a la
que pertenecen los crotálidos robados son tanto un Trimeresurus como una
“100 pasos”, en cuyo caso sería un Deinagkistrodon acutus, debe ser que
resulta muy difícil preguntar la especie exacta al personal del Zoo para dar
una información veraz y concreta...
Pues bien, como decía al principio, dos ejemplares de
crotálido asiático (especie indeterminada) expuestos en un Zoo al sur de Suiza
han sido, según las declaraciones del Zoo afectado, robadas de sus
instalaciones para, según ellos, ser vendidas en el mercado negro.
Parece ser que esta especie se
reprodujo hace pocos meses en dicho parque el cual contaba con 15 ejemplares recién
nacidos de los cuales los dos únicos ejemplares expuestos al público fueron los
ejemplares finalmente robados aunque según el testimonio del dueño del Zoo los
ladrones debieron estar buscando los otros 13 ejemplares ya que entraron hasta
en las oficinas del parque aunque, afortunadamente, no consiguieron
encontrarlos.
No es la primera vez que se roban serpientes venenosas de
un Zoo, esto ha ocurrido incluso en España, aunque quizá el caso más famoso fue
el que ocurrió en USA en el año 1983 cuando un muchacho de 16 años de edad por
aquel entonces y llamado Lewis Morton robó dos ejemplares de víbora de Gabón de
un Zoo las cuales trasportaba en una bolsa de basura cargada a su espalda hasta
que uno de los animales, posiblemente ya harto de tanto vapuleo, finalmente le
mordió en el hombro y todo esto ocurrió mientras viajaba en un autobús público
lleno de gente, en fin, ¿podéis imaginaros la escena dentro del autobús?...
Ya para finalizar con este caso baste decir que los
doctores que atendieron a Morton se las vieron y desearon para conseguir el
suero adecuado en hospitales y Zoos de la costa Este del país ( llegaron
incluso a mantener conversaciones telefónicas con un doctor de Zimbabwe en
África más versado en mordeduras que ellos) para que el muchacho sobreviviese a
la citada “travesura”.
Lo que hubiese resultado realmente, no se si decir
curioso, en el caso del Zoo suizo es que a los ladrones les hubiera mordido una
de las serpientes que robaban y además de esto el parque hubiera tenido que
cederles sus sueros...
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