A pesar de que Sudáfrica es un país
rico en serpientes, ya sean venenosas o no, las alarmas están
saltando en dicho país por la presencia, cada vez mayor, de
serpientes no nativas. De hecho y lamentablemente se están
encontrando cada vez más serpientes del maíz, culebras reales de
california, boas constrictor o pitones birmanas en jardines y zonas
residenciales, ya sea por que los animales se fugaron o por que
fueron liberados por sus dueños, lo cual puede dar lugar a los
consabidos y serios problemas de especies invasoras introducidas las
cuales pueden terminar aclimatándose perfectamente al cálido clima
sudafricano y posteriormente reproducirse allí sin problemas.
Sin embargo, y
por si esto fuera poco, se está dando un problema añadido y
peliagudo que es la enorme demanda y tenencia de especies venenosas
exóticas como mascota ( en Sudáfrica se pueden mantener especies
venenosas locales obteniendo un permiso, excepto en Kwazulu-Natal
donde no se requiere ), aquí las especies venenosas exóticas son
introducidas de contrabando a pesar de que existen leyes reguladoras
a la importación de fauna exótica pero finalmente y al no existir
leyes reguladoras acerca de su tenencia como mascotas, estos
ejemplares terminan siendo legalmente mantenidos por sus dueños, es
más, su tenencia se prefiere antes que la de las especies nativas ya
que así los propietarios se ahorran tener que obtener la licencia.
Ahora bien, el
problema al que se enfrentan estos propietarios de especies exóticas
es a la falta total de sueros que cubran sus posibles accidentes (
cosa que no ocurre con las especies sudafricanas ), a eso y – si
con mucha suerte existen sueros disponibles en algún Serpentarium -
a pagar facturas desorbitadas por dichos medicamentos en caso de ser
mordidos, de hecho, dos accidentes uno con una cascabel lomo de
diamante occidental Crotalus atrox y otro con una mocasín
acuática Agkistrodon piscivorus terminaron con facturas de
75.000 y 120.000 Rands respectivamente a pagar íntegramente por las
personas mordidas ya que la seguridad social sudafricana no cubre
estos antídotos extranjeros, también y a estos dos accidentes hay
que sumarle otro en el que la víctima, una mujer, falleció como
consecuencia de una mordedura de otro mocasín acuático Agkistrodon
piscivorus en el cuello ( este accidente podéis encontrarlo con más detalle en este Blog bajo el título de "La muerte de Patricia Cook" ).
Ante mi
pregunta acerca de que especies exóticas se mantenían en dicho país
cierto herpetologo sudafricano muy conocido me respondió afirmando
que existen multitud de especies como cobras reales, varias especies
de taipanes, víboras de la muerte, cobras ( seguramente asiáticas
), víboras de fosetas y unas 16 especies diferentes de serpientes de
cascabel.
Si tenemos en
cuenta que se estima en miles la cantidad de poseedores de estos
animales en este país africano, un cifra total indeterminada de
ejemplares mantenidos, una cantidad de especies letales exóticas
estimada en 80-100 especies diferentes y la venta es tal que es algo
bien sabido que por una sola serpiente se han llegado a pagar hasta
30.000 Rands con lo cual muchas personas estarán reproduciendo y
vendiendo serpientes venenosas para ganar dinero. Teniendo todos
estos factores en cuenta junto con la carencia total o casi total de
sueros para estas especies aloctonas no es difícil predecir que
alguien, tarde o temprano, va a terminar teniendo problemas de salud
muy serios en Sudáfrica...
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