domingo, 16 de junio de 2013

Mordeduras en manipuladores australianos.

          Si alguien desea ser mordido por una serpiente venenosa lo mejor que puede hacer es mantener un contacto diario y directo con estos animales para que, tarde o temprano, ocurra un accidente de consecuencias imprevisibles, no en vano frases como “ quien juega con fuego... “ ( la cual existe al menos en dos idiomas ) se inventaron por algo.

         Esto viene a cuento de un informe relativamente reciente y publicado en Australia titulado “Bites in Australian snakes handlers” acerca de la preocupante cantidad de mordeduras que sufren los llamados “ snake handlers “ o manipuladores de serpientes, categoría esta entre la que están incluidos los profesionales de los parques zoológicos, los científicos y los terrariófilos aficionados a las serpientes venenosas, el caso es que de un total de 1.089 accidentes reportados al Australian Snakebite Project desde el año 2004 al 2011 ( 7 años ) un total de 106 mordeduras le ocurrieron a dichos “ snake handlers “ y de entre todas estas mordeduras ocurridas – al menos a mi juicio - las más reprobables son las que le ocurrieron a dos hijos de aficionados a las serpientes venenosas, el primero un niño de 2 años mordido por el elápido Pseudechis colletti y el segundo otro de 9 años mordido por una Hoplocephalus stephensi , en ambos casos las serpientes fueron cazadas y mantenidas en sus casas por sus respectivos padres, ambos niños necesitaron ser tratados con sueros antiofídicos.

         El nivel de envenenamientos sufridos fue de un total de 77 de los cuales solo 60 requirieron tratamiento con sueros antiofídicos. Las circunstancias bajo las que fueron mordidas las víctimas fueron, en número de accidentes causados de mayor a menor, manipulación de los animales, su caza, su alimentación y la limpieza de sus terrarios y las especies de serpiente que más accidentes causaron fueron, también en número de accidentes causados de mayor a menor, las serpientes de vientre rojo Pseudechis porphyriacus, las pardas Pseudonaja, taipan Oxyuranus, serpientes tigre Notechis y víboras de la muerte Acanthophis.

        Afortunadamente para los accidentados, en Australia ocurre todo lo contrario a lo que está ocurriendo en el resto del mundo con las serpientes venenosas cautivas ya que en esta serie de accidentes todas las serpientes implicadas eran nativas de la isla y no exóticas, para las que muy posiblemente no existan sueros adecuados.

Desafortunadamente, el “problema” es que este estudio no hace ( y creo que seria interesante ) diferencias entre el personal profesional que trabaja con serpientes en Zoos o aquellos que estudian a estos animales con motivos científicos de los aficionados a la terrariofilia ya que termina englobando a todo el mundo como “ snake handlers “. No obstante, me temo que gran parte de estos accidentes han sido sufridos por estos últimos y no por los primeros ( más que nada por que los últimos son más numerosos que los primeros ) y lo siguiente ya no lo digo yo sino los autores de este estudio quienes califican a estos accidentes ocurridos a los “snake handlers” como “ una fuente común e importante de accidentes en la que se ven envueltas una gran cantidad de especies “.

En definitivas cuentas y volviendo al principio de este post, sino queréis tener un accidente con una serpiente venenosa ( asunto este que ella nunca querrá tenerlo contigo ) no las mantengáis en vuestras casas como mascota y si os encontráis con alguna en la naturaleza, simplemente dejadla tranquila y contempladla desde una distancia prudente.


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