Si alguien
se encuentra con una serpiente y no sabe de que especie se trata o si
es venenosa o no, lo más prudente y sensato es no entrar nunca en
contacto directo con ella, esto es, atacarla, molestarla y mucho
menos manipularla ya que es así como se pueden evitar accidentes de
consecuencias imprevisibles.
Como
muestra de lo que no se debe hacer nunca el mes pasado surgió la
trágica noticia desde Australia de la muerte del jugador de hockey
sobre hierba de 26 años de edad Karl Berry como consecuencia de una
mordedura de serpiente, el accidente se produjo cuando Berry limpiaba
unas instalaciones deportivas al aire libre y encontró una serpiente
a la que confundió con una inofensiva pitón con lo que decidió
capturarla y arrojarla a unos arbustos de la zona, lamentablemente el
animal no era una pitón sino una Mulga o serpiente marrón real
Pseudechis australis la cual le mordió, sin darle mayor
importancia al accidente Berry prosiguió con sus tareas y
entrenamiento haciendo caso omiso a la mordedura, la cual consideraba
inocua, para posteriormente correr dos kilómetros y terminar
desplomándose al sufrir un colapso, a pesar de que se avisó a
urgencias y acudió una ambulancia que encontró al atleta todavía
consciente este falleció pocas horas después en el hospital como
consecuencia de la combinación de la mordedura del elápido y el
ejercicio físico que acelero la distribución del veneno por su
organismo y los síntomas que este provoca.
Las
lecciones a aprender por cualquiera ante este tipo de accidentes son
simples, la primera radica en la frase “ Si no sabes que serpiente
es nunca la toques “ y la segunda es que si eres mordido por una
serpiente en un país donde existe un gran número de especies
venenosas puede resultar de vital importancia acudir al médico
inmediatamente y que sea un profesional quien determine la gravedad
del accidente, solo así podrán evitarse este tipo de noticias tan
lamentables.
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